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Recetas con paraguayos: dulces, jugosas y llenas de verano
El paraguayo, también conocido como melocotón chato, es una de esas frutas que anuncian la llegada del buen tiempo. Con su forma característica, su piel aterciopelada y su sabor dulce con un toque ácido, se ha convertido en un ingrediente imprescindible en muchas cocinas. Aunque solemos disfrutarlo tal cual, recién lavado, lo cierto es que los paraguayos dan muchísimo juego en la cocina: desde ensaladas frescas y batidos hasta salsas, postres o platos principales con un punto afrutado.
Su carne es firme pero jugosa, ideal para preparar tanto recetas rápidas como elaboraciones más elaboradas. Al asarlo, su dulzor se intensifica; al triturarlo, aporta una textura cremosa perfecta para smoothies, coulis o mermeladas. Y si se combina con hierbas aromáticas, quesos o carnes blancas, crea contrastes deliciosos que sorprenden al paladar.
La temporada del paraguayo en España va aproximadamente de mayo a septiembre, con su punto óptimo de sabor y jugosidad entre junio y agosto. Consumirlos en estos meses garantiza disfrutar de un producto fresco, local y en su máximo esplendor.
Beneficios de incluir paraguayos en tus recetas
Además de ser irresistibles, los paraguayos ofrecen un perfil nutricional muy interesante:
Son ricos en vitamina C, que refuerza las defensas y ayuda a la producción natural de colágeno.
Aportan betacarotenos y vitamina A, esenciales para la piel, la vista y el sistema inmunitario.
Contienen fibra natural, ideal para regular la digestión y mantener una sensación de saciedad.
Su alto contenido en agua y potasio los convierte en una fruta muy hidratante, perfecta para los días calurosos.
Son bajos en calorías, por lo que resultan ideales para incluir en menús saludables o dietas ligeras.
Además, su sabor equilibrado entre dulzura y acidez permite utilizarlos tanto en platos dulces como salados sin perder armonía.
¿Qué tipos de recetas con paraguayos se pueden preparar?
El paraguayo es tan versátil que puede acompañarte en cualquier momento del día. Aquí tienes algunas ideas para inspirarte:
Desayunos y meriendas
Empieza la mañana con un batido de paraguayo, yogur y avena, o un bol de frutas con paraguayos, kiwi y granola casera. También puedes preparar tostadas con requesón, miel y láminas de paraguayo fresco, o añadirlos en cubos a tu porridge o yogur natural.
Entrantes y aperitivos
En las ensaladas veraniegas, el paraguayo es un acierto seguro. Combina rodajas de paraguayo con rúcula, queso de cabra y frutos secos, o prepara unas brochetas con jamón serrano y paraguayo asado. Si prefieres algo más sofisticado, prueba una tosta con burrata, albahaca y reducción de balsámico.
Platos principales
Los paraguayos aportan un toque afrutado y ligero a muchos platos. Úsalos para hacer un pollo al horno con salsa de paraguayos y jengibre, un magret de pato con reducción de paraguayo y vino dulce, o un salteado de quinoa con verduras y dados de paraguayo caramelizado. También combinan de maravilla con mariscos o platos de arroz tipo thai.
Postres y repostería
En repostería, los paraguayos brillan con luz propia. Son perfectos para tartas, galettes, bizcochos o clafoutis, o simplemente asados con canela y un toque de miel. También puedes preparar una mermelada casera de paraguayo o una compota para acompañar yogures o helados.