En España, el pico natural de cosecha de ciruelas suele abarcar desde julio hasta septiembre, aunque algunas variedades precoces se recogen ya en mayo gracias a invernaderos y técnicas de cultivo protegido. En ocasiones también se prolonga hasta octubre en cultivos tardíos.
Las zonas más cálidas como Murcia, Andalucía o la cuenca del Mediterráneo permiten anticipar la recolección desde finales de primavera. En cambio, en regiones más frescas como Galicia o el norte de Castilla, las ciruelas suelen alcanzarse entre agosto y septiembre.
El periodo entre julio y agosto marca el momento de máxima disponibilidad y sabor. Las ciruelas maduran lentamente en el árbol, aumentando así su dulzor y jugosidad. Gracias a esto, ese es el instante ideal para degustarlas frescas o incorporarlas en recetas veraniegas. En fases previas o posteriores, conviene fijarse en alertas de procedencia: si vienen de cámaras frigoríficas o importadas, su calidad puede verse algo comprometida.
España ocupa un puesto destacado entre los productores globales de ciruelas, con zonas como Lleida, Aragón, Andalucía y Murcia a la cabeza en términos de volumen y calidad. A su vez, existen diversas variedades populares, desde la clásica Claudia (o reina Claudia) hasta cultivares modernos como Apolina o Black Rose, cada una con características propias y calendarios de recolección particulares.
Principales variedades según su época de recolección
Época | Variedad destacada | Características clave |
---|---|---|
Finales mayo – junio | Apolina CR7‑53 | Muy precoz; florece en febrero y madura a finales de mayo–principios de junio. |
Principios de junio | Black Splendor | También temprana; madura a comienzos de junio, especialmente en Extremadura. |
Junio – julio | Variedades tintadas (amarillas, rojas, verdes) | Disponibles durante el verano; cada tipo con sabores y usos distintos. |
Septiembre | Santa Rosa, Rose CDC | Santa Rosa se recoge entre septiembre; Rose CDC madura igualmente en ese mes. |
Agosto avanzado – septiembre | Blanquilla | Tradicional de la sierra norte de Madrid, recolectada desde principios de agosto. |
¿Por qué es importante comprar ciruelas durante su temporada natural?
Adquirir ciruelas en su época de recolección no solo garantiza un sabor delicioso, también es una decisión que beneficia a tu salud, al bolsillo y al planeta:
- Máximo aporte nutricional: Las ciruelas recogidas en su punto justo concentran fibra, vitaminas A y C, antioxidantes como las antocianinas y minerales como el potasio y el hierro. En cambio, las que viajan largas distancias o maduran en cámaras suelen perder parte de estos nutrientes esenciales.
- Sabor y aroma genuinos: Al madurar en el árbol, la fruta desarrolla azúcares naturales y compuestos aromáticos que le dan dulzor equilibrado, acidez refrescante y ese perfume característico. Cuando la maduración se fuerza artificialmente, esas cualidades se reducen notablemente.
- Frescura asegurada: La fruta de temporada llega al mercado con mejor textura y jugosidad, manteniéndose en óptimas condiciones durante varios días, incluso sin refrigeración inmediata.
- Consumo sostenible y apoyo local: Elegir ciruelas de temporada favorece a agricultores de proximidad, impulsa la economía local, reduce la huella de carbono y ayuda a conservar variedades tradicionales que forman parte de nuestro patrimonio agrícola.
Cómo elegir ciruelas perfectamente maduras
Saber reconocer cuándo una ciruela está en su punto justo de maduración es clave para disfrutar al máximo de su sabor, textura y propiedades. Aquí tienes algunas pautas sencillas para acertar en la elección:
Observa el color de la piel. Según la variedad, una ciruela madura puede presentar tonos amarillos intensos, rojizos o morados profundos. Lo importante es que el color sea uniforme, sin excesivas zonas verdes que indiquen inmadurez.
Prueba con una ligera presión. Su consistencia debe ser firme pero con un leve ceder al tacto. Si está demasiado dura, aún no habrá desarrollado su dulzor; si se hunde fácilmente o muestra zonas blandas, es señal de que está pasada.
Confía en el aroma. Las ciruelas listas desprenden un olor dulce y afrutado incluso a distancia corta. Si apenas huelen, es probable que les falten días de maduración.
Examina la superficie. Una piel tersa, sin golpes profundos ni arrugas, garantiza frescura. Pequeñas marcas superficiales son normales y no afectan a la calidad, pero conviene descartar las que presenten grietas o moho.
Con estos consejos te asegurarás de llevarte a casa ciruelas en su mejor versión: jugosas, sabrosas y perfectas para comer solas o en cualquier receta.