¿Te gustaría encontrar alguna fruta parecida al albaricoque? Existen varias frutas con características muy similares: mismo tipo de hueso, pulpa jugosa y ese equilibrio entre dulzor y acidez tan típico del albaricoque. Entre ellas destacan el melocotón, la nectarina, el paraguayo y el plumcot, que comparten origen en la familia de las Rosáceas. En este artículo te contamos cuáles son, en qué se diferencian y cómo disfrutar cada una según tu gusto o receta.

El albaricoque es pequeño, de piel fina y lisa, con un color que va del amarillo al anaranjado intenso. Su pulpa es jugosa, ligeramente ácida y muy aromática. Pero si te preguntas qué otras frutas pueden parecerse en forma, sabor o temporada, la respuesta es clara: sí hay frutas similares, y vale la pena conocerlas.

Frutas similares al albaricoque: parecidas pero no iguales

Aunque a simple vista puedan parecer muy distintas, varias frutas comparten con el albaricoque su textura carnosa, su equilibrio entre dulzor y acidez y su carácter veraniego. Aquí te presentamos las más parecidas:

  • Melocotón: Probablemente la fruta más cercana al albaricoque por parentesco. Ambos son de hueso, tienen piel aterciopelada y una pulpa jugosa. La principal diferencia está en el tamaño y el contenido de agua: el melocotón es más grande y más dulce, mientras que el albaricoque tiene un toque más ácido. En repostería, ambos pueden sustituirse perfectamente.
  • Nectarina: Podría definirse como “el melocotón sin pelusa”. Su piel es completamente lisa y su sabor recuerda mucho al del albaricoque maduro. Son ideales para quienes prefieren una textura más fina al morder. Además, aportan la misma cantidad de vitamina A, C y antioxidantes, lo que las convierte en una alternativa excelente para el verano.
  • Paraguayo: Esta fruta, también llamada melocotón plano, comparte el mismo origen que el albaricoque. Su forma achatada, piel suave y pulpa firme lo hacen inconfundible. Es más dulce y menos ácido, lo que lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan un sabor más suave y refrescante. Muy típico en España durante los meses de junio y julio.
  • Plumcot o Pluot: Estas son variedades híbridas entre ciruela y albaricoque. El plumcot es una mezcla equilibrada (50% de cada fruta), mientras que el pluot tiene una proporción mayor de ciruela. El resultado: una fruta de piel firme, sabor dulce con un toque ácido y una textura más densa. Son cada vez más populares por su aspecto exótico y su sabor complejo.

¿Cuál elegir y cómo disfrutarla al máximo?

Si lo que buscas es una fruta parecida al albaricoque, pero quieres acertar según tu gusto o uso, aquí tienes una pequeña guía práctica:

¿Te gusta la textura suave y sabrosa? La nectarina es la mejor opción. Su piel lisa y su sabor equilibrado la hacen ideal para comer fresca, añadir a yogures o acompañar postres ligeros.

¿Prefieres un sabor dulce sin acidez? El paraguayo es tu fruta. Es más melosa y tiene una textura compacta, perfecta para ensaladas de verano, batidos o para llevar como snack.

¿Buscas un sabor diferente y exótico? Prueba con el plumcot. Su mezcla de dulzor y acidez los hace ideales para mermeladas, chutneys o combinaciones con quesos suaves.

¿Quieres algo más tradicional y aromático? El melocotón es la alternativa más conocida. Asado, en almíbar o natural, conserva ese toque afrutado y ligeramente ácido que recuerda al albaricoque, pero con mayor jugosidad.

Cómo disfrutarlas al máximo

  • Frescas y al natural: lava bien las frutas, enfríalas unos minutos y sírvelas cortadas con yogur o frutos secos.
  • En repostería: al horno o en tartas, su sabor se intensifica. Las combinaciones con canela, miel o almendra son irresistibles.
  • En platos salados: prueba añadir trozos de melocotón o nectarina en ensaladas con queso feta, o acompaña carnes blancas con una compota de albaricoque o plumcot.
  • Deshidratadas o en conserva: una forma excelente de disfrutar su sabor durante todo el año, manteniendo parte de sus nutrientes y aromas.

Cada una de estas frutas aporta fibra, agua, vitaminas antioxidantes y minerales esenciales como el potasio o el magnesio. Son perfectas para hidratarse en verano, cuidar la piel y reforzar el sistema inmunitario de forma natural.