Características y etimología de la platerina

Es frecuente que cuando hablamos de “platerinas” la gente no sepa exactamente a qué nos estamos refiriendo. En muchas ocasiones las relacionamos rápidamente con las nectarinas por su piel o incluso con los paraguayos por su forma, pero tenemos que dejar muy claro que no se trata de una variedad de ninguna de estas dos frutas, sino de una fruta completamente independiente con gran cantidad de propiedades de las que venimos a hablarte. 

Las platerinas son frutas pequeñas, redondas u ovaladas, que presentan una piel brillante y suave, desprovista de pelaje, y sus colores van desde el amarillo hasta el rojo intenso. Con respecto a su pulpa es tan jugosa como la de una ciruela, y presenta un toque ácido que seduce los paladares de pequeños y grandes. Además, es una de las frutas de hueso que cultivamos y seleccionamos para ti aquí, en El Ciruelo. 

La etimología de esta fruta es realmente compleja. Al hecho de que es una fruta no muy conocida debemos sumarle el hecho de que los nombres van variando en función del país y la región en la que nos encontremos, como sucede con la mayoría de las frutas y verduras. En los países de habla hispana como España, Ecuador, Argentina, Uruguay o Paraguay se utiliza este mismo término, pero en otros muchos países se les conoce como ciruelas “de hueso”. El término «platerinas» puede estar relacionado con los brillos plateados que presentan algunas de sus variedades cuando están maduras. Contando con un resplandor único, otro de los muchos atractivos que repasaremos en este artículo. 

La fruta, el árbol y la cosecha de la platerina

Las platerinas pertenecen a la familia de las rosáceas, en concreto del género Prunus, que son un tipo de árboles y arbustos que dan frutas como el melocotón, la ciruela, el albaricoque, la cereza o el almendro. Su origen exacto proviene del Prunus persica (melocotonero), al igual que otras frutas como el paraguayo y la nectarina, por eso comparten ciertas características.

El árbol de la platerina es conocido como Prunus salicina, un árbol frutal de hoja caduca de alrededor de 5 metros de alto. Este árbol se convierte en un refugio para abejas y otros insectos polinizadores durante la primavera, momento en el que sus flores van madurando para convertirse en deliciosas frutas. Su copa es redondeada y sus ramas se extienden desde el tronco buscando alcanzar la mayor cantidad de luz natural posible, por lo que no se trata solo de un árbol frutal de gran belleza y con una producción maravillosa, sino también en una decisión ideal si estamos buscando sombra en un espacio natural. Las flores del Prunus salicina son de color blanco y rosado, y su organización se distribuye en racimos. 

El árbol de la platerina se cultiva a día de hoy en múltiples partes del mundo, especialmente en regiones templadas y climas subtropicales, donde el árbol tiene la suficiente estabilidad para crecer y desarrollar su delicado fruto. Se trata de una especie muy sensible a las temperaturas bajas y a las heladas, que pueden arruinar la producción si llegan a congelar las flores durante el periodo primaveral. Esta fruta es especialmente cultivada y consumida en países como China, Japón, Estados Unidos, Chile y España. Estos árboles requieren suelos bien drenados y una exposición adecuada y continua a la luz solar. 

La cosecha de las platerinas tiene lugar en los meses de junio, julio, agosto y principios de septiembre, dado que maduran durante el verano y deben cosecharse en el punto óptimo para que lleguen a los consumidores con un sabor inmejorable. 

Beneficios de introducir las platerinas en nuestra alimentación 

En El Ciruelo siempre nos gusta daros ideas de cómo introducir de forma creativa nuestras frutas en vuestra dieta, pero tenemos que dejar muy claro que la opción más saludable, eficiente y económica de introducirlas es consumiéndolas al natural, así es como conservan todas sus propiedades y como más beneficios nos pueden aportar a nuestra salud, y el caso de la platerina no es ninguna excepción. 

Entre los múltiples beneficios que encontramos al incorporar la platerina a nuestra dieta debemos destacar:

  • Contienen una enorme fuente de fibra natural, vitaminas y sales minerales.
  • Son frutas muy saciantes, bajas en calorías y previenen la retención de líquidos, lo que las convierte en grandes aliadas si estamos buscando bajar de peso.
  • Su alto contenido en antioxidantes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y nos previene de los radicales libres.
  • Contribuyen directamente con nuestra salud ocular, nuestro sistema inmunológico y la salud de nuestra piel.

Con respecto a su incorporación en la dieta os recomendarlas incluirlas crudas, como postre, merienda o complemento del desayuno. Son una herramienta ideal para refrescarnos en verano, sobre todo si las guardamos en la nevera, donde se conservarán por más tiempo y nos ayudarán a combatir el calor. Por otra parte, hay una gran cantidad de recetas donde también podemos incluirlas como los batidos, las tartas, las mermeladas, las macedonias, las compotas o incluso deshidratadas, como snack para cualquier hora del día. 

Origen y difusión de las platerinas y el resto de frutos pertenecientes a las rosáceas 

Las platerinas son frutas originarias de China, y toda la zona del sudeste asiático, lugar donde tenemos pruebas de que el cultivo de toda la familia de las rosáceas (platerinas, cerezas, ciruelas, etc.) comenzó hace más de 2000 años, y fue extendiéndose a otras regiones cercanas como Japón y Corea, que contaban con climas propicios y técnicas de cultivo adecuadas, con el tiempo y los contactos comerciales con otros territorios estas frutas y su cultivo acabaron viajando por Medio Oriente, el mundo europeo antiguo y medieval y posteriormente América, a través de su descubrimiento y proceso colonizador americano. 

A Europa llegaron a través de La Ruta de la Seda en época romana, momento en que se introducen estos frutos de hueso que rápidamente empezarían a cultivarse en varios puntos del viejo continente, la península anatólica y el norte de África, debido a la abundancia de climas templados, ausencia de heladas y primaveras luminosas que no harían sino aumentar su productividad. Los contactos romanos con autoridades de Medio y Lejano Oriente son los causantes de la llegada y cultivo de estas frutas en Europa. 

Todas las frutas familia de las ciruelas, las platerinas y las cerezas, llegaron a América a través de los colonizadores europeos que llegaron a América, donde establecieron producciones estables de productos europeos, entre ellos de frutales. Debido a la gran variedad de espacios y climas en América, este tipo de frutas no se instalaron en espacios demasiado fríos (Alaska, Canadá, Tierra de Fuego o Montañas Rocosas), sino en espacios tranquilos con climas suaves y estables como son los territorios de Bolivia, Ecuador, Uruguay, la mitad norte Argentina o la costa californiana, espacios con climas muy similares al del sur de Europa. 

Hoy en día, las ciruelas de hueso se cultivan en numerosos países en todo el mundo. Algunas de las principales regiones productoras incluyen China, Estados Unidos, Turquía, Irán, Italia, España, Chile, Argentina y Sudáfrica. 

Algunas curiosidades sobre las platerinas 

En Japón, las platerinas son conocidas como ume y son muy apreciadas en la cultura japonesa. De hecho, el árbol de las platerinas, Prunus salicina, es considerado un símbolo de la primavera en el país del sol naciente. Cada año, durante la temporada de floración, se celebra el Hanami, que es una tradición de contemplar y disfrutar de la belleza de las flores de ciruelo, incluyendo las platerinas. Un espectáculo del que también disfrutamos aquí, en Murcia, en lugares como Cieza, donde los melocotones de El Ciruelo y sus flores, llenan de color y emoción el paisaje durante las semanas primaverales de la floración. Durante este período, las personas se reúnen en parques y jardines para admirar los hermosos árboles en flor y disfrutar de comidas al aire libre. 

El Hanami es una práctica muy popular en Japón y ha sido parte de su cultura durante siglos. Además de apreciar la belleza de las flores de ciruelo, también se suelen degustar alimentos y bebidas tradicionales, como el sake de platerina (umeshu) y dulces hechos con ciruelas, cerezas, melocotones, paraguayos, platerinas, etc. Es una ocasión para reunirse con amigos y familiares, relajarse y disfrutar del ambiente primaveral. 

Esta curiosidad resalta la importancia cultural y simbólica que tienen las platerinas en Japón, no solo como una fruta deliciosa, sino también como un elemento que conecta a las personas con la naturaleza y la celebración de la temporada de flores. 

 

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