La principal diferencia entre la cereza y la picota es que todas las picotas son cerezas, pero no todas las cerezas son picotas.La picota es una variedad que se caracteriza por no tener rabito, ser más pequeña, más dulce y de carne más firme. Las cerezas comunes, en cambio, son algo más grandes, con rabito, piel brillante y sabor ligeramente ácido.

Característica Cereza Picota
Tamaño Más grande (28–32 mm) Más pequeña (24–26 mm)
Rabito o pedúnculo Siempre presente Se queda en el árbol
Color Rojo brillante o granate Rojo oscuro, casi burdeos
Textura Más sabrosa Firme y crujiente
Sabor Dulce con acidez Dulce, aromático y equilibrado
Temporada Mayo – julio Junio – agosto
Conservación Normal Más prolongada

Cómo distinguir una cereza de una picota

A simple vista, puede ser complicado diferenciar una cereza de una picota, pero hay varios aspectos que te ayudarán a reconocerlas sin dudar.

El primero, y más evidente, es el rabito: las cerezas siempre conservan su pedúnculo, mientras que las picotas no lo tienen porque se separan solas del árbol.

En las cerezas, si el rabito se arranca manualmente, el punto de unión queda húmedo y visible, en cambio, en la picota, ese orificio aparece cerrado y cicatrizado es señal de una recolección natural.
También hay diferencias en el color y tamaño. Las cerezas suelen ser más grandes, redondas y brillantes, con tonos que van del rojo claro al granate. Las picotas, en cambio, son más pequeñas y de color rojo oscuro, con un acabado menos brillante pero más intenso.

En cuanto a la textura, al morder una picota se nota una pulpa más firme, compacta y crujiente, mientras que la cereza tiene una carne más blanda y jugosa. Esa firmeza hace que la picota resulte refrescante y y la cereza más sabrosa.

Por último, el sabor marca otra diferencia clara. Las cerezas presentan una mezcla entre dulzor y acidez, especialmente las variedades tempranas de mayo y junio. Las picotas, en cambio, son más dulces, menos ácidas y con un aroma profundo.

Si ves una cereza pequeña, de color oscuro, sin rabito y que cruje al morderla, no hay duda: es una picota auténtica.

Temporada y conservación

La temporada de las cerezas en España comienza normalmente a mediados de mayo y se extiende hasta principios de julio, dependiendo de la variedad y la región. Las picotas en cambio, maduran más tarde: su recolección empieza entre finales de junio y principios de julio, y puede prolongarse hasta mediados o finales de agosto, lo que permite disfrutar de esta fruta cuando la mayoría de las cerezas ya han desaparecido de los mercados.

Para conservarlas correctamente, tanto las cerezas como las picotas deben mantenerse refrigeradas, preferiblemente en un recipiente ventilado o una bolsa de papel. No conviene lavarlas hasta el momento de su consumo, ya que la humedad acelera el proceso de deterioro.

Las picotas se conservan mejor que las cerezas porque su punto de unión cicatrizado evita la pérdida de jugos, lo que les da una vida útil más larga incluso fuera del frigorífico durante los primeros días tras la compra.

Si quieres disfrutarlas frías y con más sabor, déjalas unos minutos fuera de la nevera antes de comerlas. También puedes aprovechar las más maduras para preparar mermeladas, compotas o postres caseros, ya que su alto contenido en azúcares naturales permite elaborar recetas sin necesidad de añadir demasiado edulcorante.